Película Dueños de la calle

Dueños de la calle está basada en un relato de James Ellroy (también está acreditado como guionista) y vaya si se nota. Se nota para bien porque la historia tiene consistencia y no decae en ningún momento, entreteniendo durante todo el metraje y manteniendo más o menos alto el interés. Además los giros y argumentos morales están bien distribuidos y al no ser demasiado pretenciosos consiguen su objetivo de darle un cierto trasfondo al asunto. Pero también se nota la mano del escritor para mal, ya que encontramos todo lo que alguien que haya leído/visto algo suyo ya conoce. Ya saben, polis buenos, polis corruptos, dosis de violencia, traiciones, lealtades…O sea, o entras en el juego o no hay nada que hacer.

Forest Whitaker y Keanu Reeves

Claro, como resulta que adaptar ese tipo de relato difícilmente se puede hacer mejor que en L.A. Confidencial (Curtis Hanson, 1997), pues el resultado es un producto de segunda división. Con ciertas opciones de ascender pero poco más.Le falta algo que le de el salto de calidad, que la haga diferente. Esto no ocurre en ningún momento principalmente por tres causas. Primera, el guión maltrata a los personajes dotándoles de poca profundidad en beneficio de una trama que no es lo suficientemente brillante como para deslumbrar en ningún momento. De hecho por momentos se mueve por unos terrenos demasiado tópicos (el protagonista es un policía que ha perdido a su mujer y se da a la bebida y la violencia, ¡qué novedad!) . Segunda, el director hace un trabajo correcto pero un tanto falto de personalidad, aunque hay que aplaudir la forma de rodar la reunión entre cinco personajes de la parte final de la película, una escena difícil de resolver pero en la que consigue una sensación de claustrofobia muy acorde con la situación de manera nada artificiosa. Y tercera, y más importante a mi juicio, el señor Keanu ‘cara de palo’ Reeves, que aunque lo intenta no es creíble en ningún momento en un papel al que no dota de la tensión dramática que le hubiera permitido salir del tópico antes mencionado. De hecho en la primera escena recibe una paliza y todos esperamos que ‘Neo’ se levante y empiece a repartir a diestro y siniestro, cosa que no pasa, claro.

Si bien el actor de origen hawaiano se carga buena parte de la tensión dramática (no es que sea aberrante pero simplemente no tiene nivel el chaval, qué le vamos a hacer), también es justo recalcar que el elenco de secundarios está bastante correcto, excepto un Hugh Laurie que mucho me temo no se va a poder librar fácilmente de su personaje de médico tocapelotas en House. Forest Whitaker es seguramente el mejor parado de la función, con un trabajo aseado del actor de color que comparte mirada ‘cansada’ con el señor Thom Yorke.

Hugh Laurie

Por decirlo rápido y claro, con Michael Mann, Russel Crowe y una vuelta más al guión la cosa se hubiera puesto realmente seria. Aún así y dentro del género policiaco, Dueños de la calle está muy por encima de la media. Huye de convertirse en una película de acción (en lo que se convierten muchos filmes con arranques interesantes) y tiene un final aceptable aunque un poco predecible y falto de riesgo al no atreverse con la resolución que realmente pedía la cosa. Tratándose tan solo de la segunda película del antiguo guionista David Ayer, habrá que seguir sus pasos a ver si consigue dar el salto a la primera división.