Película Fuga de cerebros

Parece que el cine español, a falta de ideas originales y talentos (como diría aquel) intenta atraer al público al cine de cualquier modo. El más goloso es el adolescente, por lo que se están rodando cintas con ese objetivo, que los nenes dejen el botellón para más tarde y se pasen por las salas. Ni más ni menos que eso pretendía esa cosa llamada Mentiras y gordas y les salió un bodrio cutre y con el mismo objetivo llega Fuga de cerebros. Lo que en aquella era un intento de crear un Trainspotting (Historias del Kronen) generacional con los guapos y cachas de la tele y se les quedaba en unos cuantos polvos y juergas de los Yonis y Jessis de turno, aquí se bebe (por no decir copia) a las gamberradas tipo American Pie o más incluso Algo pasa con Mary, con los perdedores como protagonistas. El resultado no es brillante y a ratos da un poco de vergüenza ajena, pero por lo menos arranca algunas risas y deja buen sabor de boca.

Amaia Salamanca buscando al Duque en Oxford

Todo comienza cuando Emilio (Mario Casas, correcto, de hecho esperaba más de él), un friki del instituto, ve como el amor de su vida (Amaia Salamanca, guapa y nada más) se marcha a Oxford a cursar Medicina. Aunque él lo da todo por perdido, los descerebrados, tarados y perdedores de sus amigos deciden que irán todos para allá a conquistarla, que no la puede dejar escapar así como así. Y allí que se van, con el consecuente desastre y redención final.

Un planteamiento que no funciona en su primera mitad por lo atropellado y poco cohesionado que ocurre todo pero que remonta hacia el final en la escena de la cena, realmente divertida. Todo lo que hasta ese momento vemos son chistes mayoritariamente de culo-pedo-pis-sexo, sin demasiada gracia, pero que a la postre todo cobra cierto sentido. Más cerca de los Farrelly que de otra cosa (aunque haya ese homenaje a cierta tarta violada), la forma de reírse de todo y especialmente de ciertas minorías es bastante fresca, sin complejos, y eso se agradece dado lo poco que nos salimos de lo políticamente correcto en este país. O somos correctamente incorrectos, que es aún peor (no sé si me explico).

El Dream Team Friki del instituto

Pero es una pena que el guión esté tan poco trabajado hasta ese tramo final, con una forma de hilar los gags un tanto forzada y un protagonista con poco peso que acaba importando al espectador mucho menos que los secundarios, por no hablar del humor (demasiado) facilón y los cameos de actores famosos que parece que son imprescindibles en una producción patria, aunque sea sólo para que aparezca su jeta en el cartel de la película.

Quedándose a medias y desperdiciando la oportunidad de hacer una buena comedia gamberra mezclada con comedia romántica de esas que gustan a las dos partes de las parejas, Fuga de cerebros consigue que al final del metraje se haya contado una historia que aunque simple es coherente (hasta cierto punto) e incluso puede que algún chaval se quede con el mensaje positivo de tolerancia y autoafirmación (metido sin molestar). No es moco de pavo, tal y como está el tema.