Película Gangster Squad (Brigada de élite)

Lo que pudo ser y no fué. Gangster Squad es una película, a priori, atractiva, con todo a favor: reparto de lujo, mafiosos, violencia, un ritmo aparentemente dinámico y un director (Ruben Fleischer) cuya última referencia es la notable. Pero que fracasa estrepitosamente como un jugador de póker que con una mano ganadora se queda sólamente en el «call». Sin arrisegar.

La historia que se nos cuenta es la caída del notorio mafioso Mickey Cohen gracias a un grupo de policías que, cansados del panorama, deciden usar métodos duros y poco ortodoxos para derrocar el imperio criminal que mancha la ciudad de Los Ángeles de la década de los 40, autorizados por el mismo jefe de policía actuarán en relativo secreto. Bien la premisa, buena la idea, mal la ejecución. Fleischer, al principio, lleva la acción por unos derroteros típicos de novela gráfica de Frank Miller adaptada por Zack Snyder, para de pronto, y como si fuese abordado por la vergüenza ajena, darle un giro diametralmente opuesto queriendo ofrecer un aire más serio, más «noir». Se aleja de aquel terreno queriéndose adentrar en algo más artístico, por llamarlo de alguna manera, y acercarse más al estilo de Michael Mann o Sam Mendes. Al final ni lo uno ni lo otro, sólo demuestra ser víctima de un quiero y no puedo que lo único que consigue es que el film quede carente de personalidad alguna.

El laureado reparto lleva como buenamente puede su labor, destacando tres carácteres, cuatro si contamos con la bellísma Emma Stone aunque sólo esté para lucir palmito, pero qué palmito. Un serio y siempre solvente Josh Brolin junto con un guapo y arrebatadoramente encantador Ryan Gosling, por el lado de los buenos, y un también siempre correcto Sean Penn por el lado de los villanos.

Bien en la teoría, mal en la práctica. Lo negativo, también, es que para hablar de obras pertenecientes a este género es imposible caer en numerosos referentes que, para desgracia de éste proyecto, serán casi siempre mejores.