Valoración de VaDeCine.es: 10
Título original: Amour
Nacionalidad: Austria-Francia-Alemania
Año: 2012 Duración: 127 min.
Dirección: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke
Fotografía: Darius Khondji
Música: Franz Schubert, Ludwig Van Beethoven, Johann Sebastian Bach
Intérpretes: Jean-Louis Trintignant (Georges), Emmanuelle Riva (Anne), Isabelle Huppert (Eva), William Shimell (Geoff), Alexandre Tharaud (Alexandre)
Trailer
Con Amor, Michael Haneke nos deja emocionalmente tocados. Muy tocados. El drama de la decrepitud en la vejez es un elemento cercano. Así, sufrimos presintiendo en nuestras carnes el terrorífico panorama que el cineasta austriaco filma con sencillez y precisión. Apenas un par de habitaciones son suficientes para levantar el mejor trabajo del año. En ellas se apagan dos ancianos que gozaban de una vida plena. Cabe hablar en pasado, pues tras cebarse la edad en el matrimonio, lo que resta de existencia dista un mundo del concepto vital. No resulta fácil acomodarse en planteamiento alguno sobre ello. El ocaso no admite lecciones sobre cómo enfrentarlo. Es ésta una obra descomunal en su honesta exposición y crudísima humanidad.

Entre recuerdos felices y una devastadora actualidad, la pareja se hunde en el tono siniestro que se apodera de la obra desde el arranque. Encontramos a Haneke en esencia pura. La ternura y la impotencia se sitúan a ambos lados de una línea de altísima tensión. “Es sólo una película”, diríamos para aliviarnos; pero no, la angustia nos invade. Esta presión aplasta el corazón. La tragedia es la única certeza que depara el triste tránsito hasta el final del camino.
Con el amor sometido a las más arrolladoras fuerzas de la naturaleza, el público no puede evitar tragar saliva. Cada íntima escena de esta milimétrica propuesta conmociona sin recurrir a artificios. Todo es tan realista que asusta y apena. Conviene tenerlo en cuenta antes de enfrentarse a esta difícil historia; a esta odisea que muchos habrán de recorrer en similares circunstancias. Estamos ante una película verdaderamente dura.
Al inteligente guión, y por supuesto a la perfecta dirección planeada para desarrollarlo, se unen en la excelencia dos interpretaciones absolutamente magistrales. Son Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva dos titanes trabajando sus complicados papeles. A su colosal duelo actoral debe esta cinta buena parte de su brutal credibilidad. Una autenticidad difícilmente olvidable que apuntala esta obra maestra indiscutible. Perfecta y demoledora. Haneke vuela hacia la gloria.
Desde cierta distancia prudente el espectador observa como una enfermedad degenerativa pone a prueba el amor entre un matrimonio formado por personas mayores de clase media alta, cultos y bien educados. Ella que en su juventud fue maestra de piano estando aún en pleno conocimiento ve como la vida que en un tiempo fue hermosa se está convirtiendo en un pequeño infierno para ella y su compañero sentimental. Él con una paciencia sin límites intenta aparentar una falsa normalidad hacia el exterior, incluso hacia su hija.
Como todos los largometrajes de Michael Haneke es incomoda, dura, cruda, sin final feliz, este es un plato frío que te sirven sin música de acompañamiento, con el aperitivo de un cadáver en proceso de descomposición. Y con un final que te deja clavado en la butaca y que quizás no tenga ningún sentido, pero te hace pensar que significado podría tener, al igual que esa paloma que se cuela en el apartamento o esa carta que escribe el protagonista que no está dirigida a nadie en concreto.