Valoración de VaDeCine.es: 8
Título original: The impossible
Nacionalidad: EE.UU., España
Año: 2012 Duración: 107 min.
Dirección: Juan Antonio Bayona
Guión: Sergio S. Sánchez
Fotografía: Óscar Faura
Música: Fernando Velázquez
Intérpretes: Tom Holland (Lucas), Naomi Wattss (María), Ewan McGregor (Henry), Samuel Joslin (Thomas), Oaklee Pendergast (Simon), Marta Etura (Simone)
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LA HUMANIDAD FRENTE A LA CATÁSTROFE
Hace ahora ocho años un terrible tsunami arrasaba las costas del sudeste asiático, afectando sobre todo a Tailandia. Miles de muertes en una de las mayores catástrofes que se recuerdan. Un suceso terrible, inconcebible para nuestra mente hasta que las imágenes de la catástrofe saltaron a la luz, inefables, diríanse prácticamente imposibles de no haberlas contemplado con nuestros propios ojos. Si su realidad resulta escandalosa, aterradora y extremadamente hiriente, su posible plasmación en la ficción podría considerarse como algo más que un atrevimiento, toda vez se juega con la sensibilidad de todo un pueblo, cuando no de la sociedad entera.

Pues bien, Lo imposible, la película de Juan Antonio Bayona que se acerca a semejante suceso, logra precisamente eso: reproducir lo irreproducible, haciendo hincapié en el aspecto humano del asunto. Todo un acierto de título que alcanza varios niveles de lectura, siempre teniendo presente la superación personal como marco de desempeño. En primer lugar, y tras el rigor de la presentación de la acomodada familia protagonista que va a encontrar la felicidad de las vacaciones a un destino turístico supuestamente paradisíaco, así como la muestra de los roles que cada uno de ellos desempeña dentro de la misma, surge la irrupción de la fatalidad, de manera absolutamente inesperada y brutal, lo que provoca el desmoronamiento de semejante bienestar. Este destrozo es puesto en pantalla mediante una secuencia increíblemente realista, impactante y enmudecedora en fin; el director español deja patente su extraordinaria dotación para la planificación y no se corta un ápice en incomodar al espectador, situando el foco allá donde se revele la herida, sin llegar a abusar de una crudeza que por otro lado está bien presente a lo largo de toda la narración, como no podía ser de otro modo en una historia de estas características. Todo un ejemplo de técnica bien empleada, al servicio de la concreción de lo terrorífico, en un intento de reproducir la escandalosa realidad de la manera más fidedigna posible.
En lo que sigue, una lucha encarnizada por la supervivencia y por la recuperación de los lazos perdidos. Una aventura apasionante que deparará una ristra de instantes emotivos siempre con la palabra gracias como bandera. Toda una odisea donde cada pequeño gesto supone un hito absoluto en pos de la consecución del objetivo final. Una ocasión perfecta para constatar la ausencia de diferencias en la clasificación y trato de nuestra especie por parte de la madre naturaleza, al contrario de lo que sucede cuando somos nosotros los que disponemos las decisiones. Una historia que sirve como vehículo en constante funcionamiento para la demostración de la grandeza de las personas cuando hacemos uso del concepto de humanidad y confraternidad que todos llevamos dentro, aparte de ensalzar lo aguerrido de nuestro espíritu, que se agarra a la vida con tanta fuerza como el efecto destructor que pretendía aniquilarla (valores, todos estos, que encarna con una sobriedad apabullante todo el reparto de estrellas presentes, en especial un incomensurable Tom Holland).

En efecto, Lo imposible se revela como un drama impresionante, donde por supuesto tanto los personajes como las situaciones que estos viven son movidos en pos de la emoción del espectador, logrando así que éste se conmueva ante la honda emotividad de lo que presencia, pero sin descuidar por ello la sobriedad y el equilibrio interno del relato. Pese a todo, no se opta por un análisis de los sentimientos en los que estos participan, obviándose así parte de la autenticidad o el verismo de los mismos; se prefiere, sin embargo, la captura de sus movimientos e interrelaciones, mostrándolas con un nivel de detalle exquisito, volviendo a quedar patente la maestría de Bayona tras las cámaras, cual títere experimentado que maneja a sus marionetas con similar soltura a la que fascina a su público. Cine-espectáculo altamente emocionante y ejemplarizante en su mensaje, que sirve como bonito homenaje a todas las víctimas de aquello que creíamos imposible.
He leído una columna en un periódico local que describe este largometraje como "el dolor de los rubios" refiriéndose a los protagonistas, pues todos ellos son rubios. Dejando de lado ese matiz, yo me pregunto ¿qué se espera de un largometraje? ¿qué entretenga, que te haga sentir algo, que emocione, que te haga sentir que tus penas son las menos? si eso es lo que esperamos de cualquier largometraje, yo personalmente creo que este lo consigue. A mí en ciertos momentos me ha llegado a tocar la fibra sensible, poco ha faltado para hacerme llorar. También es cierto que hay ciertas escenas que a los más escrupulosos les hará apartar la vista, pero es que de un tsunami no se puede salir inmaculado.
Dolor, sufrimiento e instinto de supervivencia, todo ello mezclado y no agitado con unas gotas de amor por la unidad familiar, adornado con una pizca de efectos especiales es lo que nos proponen en Lo Imposible, un puzle de cinco piezas que por la fuerza de la naturaleza se deshace y lo largo de la película se va recomponiendo quizás por algunas situaciones un poco forzadas y rebuscadas, pero bueno el cine es así.
Seguramente muchos verán que está demasiado enfocado a las familias de los turistas, dejando un poco de lado a los nativos de la zona, quizás si se trataba más ampliamente el desastre perdería su intensidad y su fuerza dramática. No lo sé.