Valoración de VaDeCine.es: 6.5
Título original: Cosmopolis
Nacionalidad: Canadá
Año: 2012 Duración: 108 min.
Dirección: David Cronenberg
Guión: David Cronenberg (Novela: Don DeLillo)
Fotografía: Peter Suschitzky
Música: Howard Shore
Intérpretes: Robert Pattinson (Eric), Paul Giamatti (Benno), Juliette Binoche (Didi), Abdul Ayoola (Ibrahim), Sarah Gadon (Elise), Kevin Durand (Torval)
Trailer
Sobre la novela agorera de Don DeLillo, Cronenberg levanta este áspero trabajo decididamente desmarcado del gran público. Y es que el canadiense parece insobornable: filma como buenamente le parece sin importarle la aceptación, aun a riesgo de enmarañarse en una historia tan gélida como Cosmopolis. En esta ocasión su película encierra suficiente arsenal como para abastecer a defensores y detractores. La íntima atmósfera vuelve a ser fascinante. Con ella encierra al excéntrico personaje principal en un ambiente deshumanizado que resulta paralizante. La maestría en la planificación regala escenas únicas; momentos tan extravagantes como geniales. Indudablemente, el alterar nuestra respiración no guarda secretos para este experimentado artesano de lo impúdico. Su filmografía es rica en toda la amplitud del concepto. Para el recuerdo quedará uno de los más extraños y conseguidos instantes de tensión sexual de todos los tiempos. Inmediatamente reconocerán el talento que encierra ese crujir de una botella de plástico. Pura excitación.
Por contra, las fallidas ínfulas filosóficas de la propuesta, ya sea por lo difícilmente digerible del contenido en sí, o bien por la cansina exposición de algunos de sus inaccesibles monólogos socioeconómicos, provocan cierto sopor incluso en el espectador más entregado a la causa. Es tiempo de criticar con ferocidad al capitalismo. Estamos preparados para ello, sin embargo, nos cuesta engancharnos a la cinta. Las palabras al respecto sobran, al menos la mayoría del extenso libreto. Su ambientación se bastaba; esa espeluznante visión de una sociedad enferma hasta el tuétano.

Como omnipresente protagonista que Robert Pattinson es, comentar su labor parece obligatorio. Emerger desde una saga tan exitosa como la de Crepúsculo no ha dejado sus aspiraciones a merced de la histeria adolescente. Es un hecho: este joven va en serio y maneja las riendas de su carrera. Va siendo hora de reconocerle como un valor firme. En Cosmopolis conduce con total solvencia la inquietante alienación de su personaje, un millonario que va perdiendo todo contacto con un mundo que creía controlar con su inmoral poder económico.
Sobrado Cronenberg para seducirnos con su alucinógena pesadilla, este magnífico director ofrece detalles para la memoria y el impacto escabroso. El problema es que difícilmente puede hablarse de triunfo cuando la disfrutabilidad de su último film cae por los suelos durante tantos minutos de metraje. Bien es cierto que se presiente el alma de "película incomprendida" que podría reclamar su culto con los años, sin embargo quizás que esta vez los motivos para el rechazo sean fundados y definitivamente se pierda en el limbo; puede que ni con reflexivos revisionados sea capaz de levantar la losa de su premeditada densidad críptica. No estamos ante una obra fácil. Su autor así lo ha querido. Se ha puesto en plan antipático. Ahora toca atenerse a las consecuencias.
Absolutamente fascinante. Fantasmagórica, subyugante. En la propia reseña se habla de todo ello muy acertadamente. Sin embargo, a mí me resultó disfrutable en todo momento.
Tal vez sea cierto que narrativamente no es sencilla y ni mucho menos tradicional, pero el mensaje lo envuelve todo. Y pasados unos días desde su visionamiento, cada vez son más las imágenes que me vienen a la memoria, símbolo inequívoco de su poder de fascinación.
Parto de los tiempos que corren, este film será revisado como espejo de su época, documento cinematográfico de un tiempo económico y social. Un espectro recorre el mundo.