
Valoración de VaDeCine.es: 8.5
Título original: Moonrise Kingdom Nacionalidad: USA Año: 2012 Duración: 94 min. Dirección: Wes Anderson Guión: Roman Coppola, Wes Anderson Fotografía: Robert D. Yeoman Música: Alexandre Desplat Intérpretes: Jared Gilman (Sam), Kara Hayward (Suzy), Bruce Willis (Capitán Sharp), Edward Norton (Jefe Scout), Bill Murray (Walt Bishop), Frances McDormand (Laura Bishop), Tilda Swinton (funcionaria de servicios sociales)
Trailer
Decía Wittgenstein que la ética y la estética son la misma cosa. Si no tanto, sí que desde luego podemos afirmar que el compromiso ético de Wes Anderson tiene una consecuencia estética evidente. Siete películas -contando Moonrise Kingdom- contemplan la carrera de este orfebre, y cada nueva obra se percibe como natural evolución de la anterior. No lo busquen, jamás detectarán síntoma alguno de traición a sí mismo. Su tozudez ha obligado al espectador a adaptarse a su mirada y no al contrario. Habrá quien ni se moleste. Otros decidimos coger la mochila e iniciar el viaje a Marte y poco a poco hemos ido entendiendo a este superdotado e impermeable artista. Abducido ya para la causa con El Fantástico Señor Zorro, percibo en esta joya inclasificable más alma, el mismo humor áspero y un puñado de nuevos recursos cinematográficos que añadir a su ya extenso catálogo. El todo conmueve, divierte y se agarra con la fuerza de lo imperecedero.
Moonrise Kingdom me parece su mejor obra hasta la fecha, la más estimulante. Porque a su extravagante manera, contiene toda la magia del primer amor, el que florece entre dos preadolescentes incomprendidos por sus familias; de acogida la de él, en plena demolición afectiva la de ella. Sam (Jared Gilman) es un Khaki Scout con problemas de
adaptación en el campamento Ivanhoe (dirigido por un Edward Norton con cara de lelo). Suzy (Kara Hayward) siempre ha sido, digamos, una chica problemática. Su flechazo durante una representación de El Arca de Noé les conectó para siempre y, correspondencia mediante -la película se sitúa en la década de los 60-, han planeado juntos una cándida escapada de su alienación familiar, deliciosa, descontaminada de lugares comunes, con espíritu aventurero y tecnología analógica.

La filmación de los acontecimientos es tan astuta e irreverente como la decisión de sus protagonistas. Cabe obviar el excelente trabajo de puesta
en escena del largometraje. Abundar en la calidad de Wes Anderson como
director de cine es caer en el epíteto. Su
control de todos y cada uno de los aspectos estilísticos de una
película es asombroso. Más allá del meticuloso trabajo de cámara; el vestuario, la fotografía y la banda sonora son extraordinarios... nada nuevo en realidad.
Sobre posibles homenajes y referencias de su obra, les remito a otros
escritos; seguramente más concienzudos en el análisis puramente
cinematográfico que estas líneas. Prefiero recalcar lo visceral. Moonrise Kingdom es puro deleite, un minúsculo mundo aparte en el universo CINE, una casa de muñecas desde la que lanzar fuegos artificiales con una
capacidad para deslumbrar inagotable y un sentido del humor tan peculiar que incluso nos sorprenden nuestras propias carcajadas. Anderson ejerce de trilero y nos roba la sonrisa en nuestra puta cara, como si activara resortes que nosotros mismos desconocemos amparado en la sutilidad del segundo plano, de lo cotidiano, de las pequeñas cosas en definitiva.
Consecuente con el aspecto formal, la temática de la cinta no cambia demasiado con respecto a anteriores trabajos. El director revisita de nuevo la soledad y la inmadurez del mundo adulto, percibida con perfecta nitidez como reflejo del comportamiento de la pareja
frente a los personajes de Bill Murray, Bruce Willis, Edward Norton y Frances McDormand. Sólo cuando ellos están en primer plano, la película se resiente. Su aportación es menos brillante, quizá por ser terreno trillado con anterioridad en términos semejantes.
En todo caso, el crucero sigue siendo inolvidable. Esta nueva estancia ha dejado postales tan maravillosas como esa minúscula playa que Sam dibuja en el último plano de la película. El lugar, ya desaparecido, donde se descubrió erecto y enamorado. Puro genio este Wes Anderson.

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Maravillosa. Delirante. Esta marcianada es una delicia. Un mundo aparte, Planeta Wes, perfectamente captado en esta excelente crítica.
Humanos, no se la pierdan!