Película La maldición de Rookford

El director irlandés Nick Murphy se estrena en la pantalla grande con otra olvidable producción de terror (inglesa en esta ocasión) que retoma el explotadísimo tema de las casas encantadas. Se podría decir, a su favor, que está rodada con cierta elegancia y con una loable estética clásica, muy acorde con la época en la que está ambientada la historia. También deberíamos alabar su cuidada fotografía y puesta en escena, además de hacer lo propio con la excelente construcción de unos personajes ricos en matices (al menos los principales) y personificados con solvencia por un competente elenco actoral, en especial por la pareja protagonista a la que le da vida una resuelta Rebecca Hall y un misterioso Dominic West. Sin embargo, semejantes virtudes no impiden que el film resulte fallido en su conjunto. Culpable de ello es su incapacidad de crear una efectiva atmósfera de suspense que incomode al espectador, recurriendo al efectismo como principal estrategia para provocar miedo. Y aunque en sus inicios la película parece albergar cierto interés, se irá desinflando según avanza el metraje, destapando al argumento como decepcionante, lleno de incongruencias y trampas, que se encuentra sólo y exclusivamente apoyado en un sorpresivo desenlace, el cual resulta mucho menos asombroso de lo que ambiciona y descaradamente deudor de otros clásicos del género.