Escrito por Agente Cooper
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Miércoles, 04 de Abril de 2012 |
3056
Valoración espectadores: 2.00
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Valoración de VaDeCine.es: 2
Título original: Wrath of the Titans Nacionalidad: USA Año: 2012 Duración: 99 min. Dirección: Jonathan Liebesman Guión: Greg Berlanti Fotografía: Ben Davis Música: Javier Navarrete Intérpretes: Sam Worthington (Perseo); Liam Neeson (Zeus); Ralph Fiennes (Hades); Edgar Ramirez (Ares); Tobby Kebbell (Agenor); Rosamud Pike (Andrómeda); Bill Nighy (Hefestos); Danny Huston (Poseidón)
Trailer
Se hace difícil aventurarse a escribir unas líneas sobre Ira de Titanes. Han sido bastantes los ejemplos –muchos comentados en esta web- que demuestran que la trilogía de El Señor de los Anillos acabó con un tipo de cine. A su sombra crecen los enanos, películas acomplejadas y sin ambición artística alguna como ésta y su predecesora que, a pesar de facturarse bastantes años después de la monumental obra de Peter Jackson, no le llegan a la suela del zapato. Las firman directores reconvertidos en cuatreros del tres al cuarto que saquean a plena luz del día. ¿A quién le importa que el símbolo de Cronos haya sido siempre la hoz con que castró a Urano, su padre, si podemos hacer que parezca el mismísimo Balrog de Moria? Pero eso ya se vislumbra en el poster; una vez en la butaca encontrarán el botín completo.
Es aún más desalentador que la mitología griega, colmada de preciosos pasajes, se pervierta de tal forma para ser asimilada por la masa y quedar postergada así al cine palomitero de la peor calaña. Si el remake de la obra de 1981 ya demolía gran parte de la psicología de dioses y héroes, ver a Liam Neeson encarnando a un Zeus de cartón piedra pidiendo perdón a todo el que se echa a la cara es un suplicio que no le deseo a nadie. Ares, Poseidón y Hades no le van a la zaga. 
Y es que los responsables de Ira de Titanes, es importante remarcarlo, se ríen del espectador. Nadie mira más allá del momento en que se paga el dinero de la entrada. Una vez hecho esto, poco importa lo demás. El desarrollo del argumento lo podría haber concebido un niño. La cinta está habitada por personajes planos –la relación entre Perseo y Andrómeda es desternillante por vergonzosa- al servicio de un espectáculo visual supuestamente impactante que ya no engaña a nadie. Cada vez cuesta más que la gente entre al trapo. El espectador reconoce la calidad y se siente defraudado por semejantes engendros. Aquí ni siquiera se han atrevido a endilgar el timo del 3D. La producción ha costado 150 millones de dólares, 25 más que su predecesora, y no la va a superar en recaudación ni por asomo.
Es curioso que la llegada de este largometraje coincida en el tiempo con el estreno de la segunda temporada de Juego de Tronos, hecho que permite mostrar a las claras las dos opciones posibles. La televisión ha buscado su hueco cocinando la épica a fuego lento en historias complejas de personajes tridimensionales. Por el contrario, este tipo de cine pide a gritos ser reformulado.

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prrfff que pena