Película Promoción Fantasma

Hace poco, hacíamos una encuesta en la web sobre las películas más significativa de los 80. Encontrarán más de una referencia a ellas viendo Promoción Fantasma, refrescante mezcolanza de cine juvenil ochentero desarrollada sobre una perversión paranormal de El Club de los Cinco, el clásico de John Hughes.

Modesto (Raúl Arévalo), profesor de secundaria, cree ver fantasmas a su alrededor constantemente. Le ocurre desde siempre y acude al psiquiatra (Joaquín Reyes) para remediarlo. Así malvive, en perpetua depresión, hasta que da con sus huesos en un instituto privado famoso por sus extraños sucesos, cuya desesperada directora (Alexandra Jiménez) afronta una lista de bajas laborales en el claustro tan larga como la cola del INEM. Allí, nuestro protagonista entenderá que su locura no es tal, y tratará de ayudar a las almas perdidas que aterrorizan el centro, cinco adolescentes que murieron en un incencio allá por los años 80.

Con igual visión comercial que buen gusto en el homenaje, el guion de Cristóbal Garrido y Adolfo Valor es divertido casi siempre, aunque a veces sea un poco zafio y otras se exceda en el edulcorante. Recoge con entrañable gracia elementos que funcionaban extraordinariamente en las cintas a las que paga tributo. Como hiciera Zemeckis en Regreso al Futuro, la película juega la baza del futuro insospechado de una España campeona del mundo de fútbol o del ultraevolucionado universo pop, con sus nuevos estilos y soportes.

Alexandra Jiménez y Raúl Arévalo se consolidan como puntas de lanza de la nueva comedia española. Jiménez, entrenada en esto de los estudiantes problemáticos en La Pecera de Eva, vuelve a destilar encanto, como ya hiciera en No Controles. Arévalo se alimenta del Ryan Gosling pasota, inexpresivo y barbudo de Half Nelson y se confirma como el actor cómico más importante de nuestro país, a la espera de un reconocimiento fuera del género que ya va mereciendo. En la retaguardia, el genial Carlos Areces sigue construyendo su futuro como secundario todoterreno, todo lo contrario que Joaquín Reyes, empeñado en ‘chanantear’ todas y cada una de sus apariciones en la gran pantalla. Por último, entre el alumnado destacan ellas frente a los estereotipados roles de los chicos, sobre todo la repipi Ángela (Anna Castillo), cuya interpretación de Shakira a lo Glee es uno de los puntos álgidos de una velada de lo más llevadera por su insistencia en sorprender al espectador con un producto nacional novedoso, tanto en su estructura como en su factura.

Quizás en el fondo, Javier Ruiz Caldera no haya hecho algo tan distinto a su debut con Spanish Movie, pero el espejo en el que se mira es de mucha más enjundia y no cabe duda de que dispone las piezas del puzzle con mayor consistencia. A la espera del talento de verdad, se agradecen los corta-pega elaborados con mimo y barnizados con algunas buenas ideas propias. El público ha respondido con entusiasmo a Promoción Fantasma. Un producto así cada mes y el cine español saldría del atolladero en un periquete.