Película Atrápame si puedes

Spielberg, cautivado por la fulgurante figura del jovencísimo estafador Frank Abagnale Jr, resolvió dedicar a su persona (y sobre todo al personaje) un filme que, en asombroso paralelismo, consigue suscitar con su ritmo ágil y desbordante frescura la misma sensación de fascinante seducción que el propio truhán. Antes de cumplir los 20 años de edad, el escurridizo muchacho había obtenido de manera fraudulenta más de 2,5 millones de dólares y se había hecho pasar por copiloto de la PANAM, abogado y médico. Un completísimo historial delictivo que trajo de cabeza durante años a su más empecinado perseguidor: el agente Sean O´Riley, Carl en la cinta.

DiCaprio y Hanks dan vida al ratón y al gato de esta comedia con tintes dramáticos que, a pesar de ser considerada una obra menor de Spielberg, resulta de lo más solvente y atrevida. Lejos de quedar en un mero thriller, la obra sabe girar sobre sí misma y su reparto para, en una estudiada maniobra de evasión, desvincularse de todo cliché y virar de emoción intensa a liviana frivolidad, de intriga policial a tragedia pero, ante todo, conservando siempre un tono ocurrente y cáustico en su burlona y descarada narración. De este eclecticismo formal en la propia naturaleza del filme, sorprendentemente, surge una estética visual retro realmente coherente, no sólo con los hechos que se nos narran sino con cómo se nos narran.

Afectan de manera especialmente positiva al conjunto las grandilocuentes actuaciones del reparto. DiCaprio consigue embaucarnos haciéndonos cómplices de sus golpes con un papel tan histriónico como entrañable. Christopher Walken, su padre en la cinta, jugará un papel decisivo en el devenir de su hijo y, consciente de ello, su trabajo se manifiesta efectivamente plausible. Hanks borda con carácter su rol de secundario, dejando su personal impronta en cada escena y haciéndose tan presente en la trama que cabría elevarlo a calidad de protagonista.

Filosofando de forma algo somera acerca de lo que podría considerarse síndrome de Estocolmo, el gran Spielberg nos adentra en su vorágine afectiva personal. Nuevamente topamos con sus constantes emocionales, como la importancia de la unidad del núcleo familiar o los devastadores efectos del divorcio en los que lo sufren. No obstante, a pesar del sentimentalismo exacerbado del que suelen pecar algunos de los trabajos del director, Atrápame si puedes conforma un entretenimiento delicioso que, a pesar de su extenso metraje, consigue que cada escena, animosa y animada, nos tiente a degustar la siguiente.