Valoración de VaDeCine.es: 6.5

Título original: Paul
Nacionalidad: U.K. y U.S.A.
Año: 2011 Duración: 104 min.
Dirección: Greg Mottola
Guión: Nick Frost, Simon Pegg
Fotografía: Lawrence Sher
Música: David Arnold
Intérpretes: Simon Pegg (Graeme); Nick Frost (Clive); Seth Rogen (Paul); Jason Bateman (Agente Zoil)
Simon Pegg y Nick Frost son unos pedazo de frikis de mucho cuidado y muy orgullosos de ello. En Paul lo demuestran. No se ponen máscaras (a no ser para disfrazarse de algún personaje de cómic), no intentan ser indies ni molar ni nada (como Kevin Smith). Recogen los personajes que llenaban los episodios de su serie Spaced y los meten en una aventura divertida, simpática y, si tienes la fortuna de sentirte identificado con ellos, entrañable. Una sucesión continua de referencias y guiños nos llevan por la aventura de dos amigotes que, en un viaje por los lugares de culto de la muchachada dada al consumo compulsivo de muñecos de Star Wars (la ComicCon de San Diego, el Área 51…), se encuentran con un ejem, extraterrestre muy vacilón.

Y eso es Paul, ni más ni menos. Explotación continua de la conexión con el espectador y hacer partícipe al mismo de la gamberrada todo ello entrelazado con un humor tan diferente a lo que nos tienen acostumbrado el clan Apatow (de hecho Pegg y Frost son ingleses y eso es un soplo de aire fresco en el Hollywood actual, estancado con la nueva-nueva comedia americana, si bien aquí se apoyan en el director de Supersalidos) que el viaje que podría haber derivado en dos pesadas horas en regional se convierte en un placentero y cachondo trip en AVE echando unas risas y jugando a “adivina a qué peli se refieren ahora”, siempre con la sonrisa en la cara.

La falta de pretensiones de la cinta no merma para nada el conjunto, si acaso un pelo alargada la parte de acción que parece inevitable que aparezca en este tipo de pelis, e incluso la falta de acidez e ironía en la mayoría de los gags nos hace retrotraernos a la época en la que mirábamos el mundo con otros ojos, llenos de ilusión y ganas de pasarlo pipota. Parece como si Pegg y Frost siguieran siendo esos niños, y eso se agradece muchísimo tal y como está el panorama. Por cierto, recomendable en versión original, por aquello del clash entre culturas.
Realmente amena. Sin otra pretensión que hacer pasar un buen rato, la película incluso se ríe de sí misma en cuanto al crecimiento emocional de sus personajes. Una gamberrada divertida (aunque menos que Supersalidos) que no para de homenajear a multitud de sus referentes, especialmente ET. Greg Mottola continua en la buena senda.