
Valoración de VaDeCine.es: 7
Título original: Piranha 3D Nacionalidad: EE.UU. Año: 2010 Duración: 89 min. Dirección: Alexandre Aja Guión: Alexandre Aja, Josh Stolberg, Pete Goldfinger, Grégory Levasseur Fotografía: John R. Leonetti Música: Michael Wandmacher Intérpretes: Elisabeth Shue (Julie), Adam Scott (Novak), Jerry O'Connell (Derrick), Ving Rhames (Fallon), Richard Dreyfuss (Matt Boyd), Christopher Lloyd (Sr. Goodman), Eli Roth (presentador)
Trailer
Con casi un año de retraso nos llega Piraña 3D. Y suerte que nos llega, visto el tremebundo resultado... Cuando uno observa el cartel y lee un poco por encima sobre el argumento, se puede imaginar que este remake de la cinta original del mismo nombre (sin las tres dimensiones de por medio, obviamente), un clásico de la factoría Corman y, por ende, de la mejor serie B, dirigida en 1978 por Joe Dante, no es sino otro nuevo desmadre americano, que excusado en el cine de género trata en realidad de vender al público adolescente cuantos más cuerpos despampanantes (y mojados) mejor, condimentados con un poco de zumo de tomate, para un mejor aderezo. Evidentemente algo de eso hay, pero en el momento en que abandonemos las lúdicas aguas de la superficie y nos adentremos en las profundidades de lo desconocido, encontraremos algo más allá del horror. Y puede que sea entonces cuando alguno se lleve las manos a la cabeza, escandalizado ante lo que ve. Hay que tener cuidado con los prejuicios; suelen ser bastante traicioneros.

Alexandre Aja, director de la cinta, tiene una considerable experiencia y probada solvencia en la ejecución de films del nuevo terror. Solícito a las propuestas de remakes que Hollywood le ha ido haciendo a raíz de su irrupción en el panorama internacional con la impresionante Alta tensión, se confirmó con su versión de Las colinas tienen ojos, y aunque en su última película, Reflejos, rebajó su hasta entonces notable discurso a los débiles códigos lingüísticos del cine americano comercial, parece que con Piraña vuelve a remontar el vuelo. Esperemos, por el bien mismo del género y de sus innumerables aficionados, que este joven y excelso realizador francés haya vuelto para quedarse.
El recorrido y alcance de una historia como la que aquí nos cuenta (y que se resume en una línea: alocada y sensual fiesta de universitarios en el Lago Victoria torna en una tragedia causada por unas pirañas con más hambre que los pavos de Manolo) son los que son, eso está claro. Pero la virtud de Aja surge de cómo utiliza esas escasas posibilidades a su disposición para concebir y finalmente parir algo diferente a lo que usualmente se hubiera pergeñado: Piraña 3D no es ni más ni menos que una gran broma ultra-violenta, que se adivina desde la invención misma del bicho (¿una piraña prehistórica que aparece a raíz de una falla volcánica?). Lo cual implica dos consecuencias directas: una, que la obra, en todo momento, se deja de tomar en serio a sí misma y es auto-conocedora de su paródica condición -alejándose así de aquéllas donde en verdad se pretenden hacer chistes graciosos-; y dos, que aquí no hay lugar para las medias tintas, y que si se trata de contar cómo un bando de pirañas devoran cuerpos humanos, pues habrá que mostrar precisamente eso y no otra cosa que lo enmascare o lo rebaje -la otra postura habitual del cine comercial, que se denomina así precisamente por algo-, en un ejemplar ejercicio de honestidad de principios cinematográficos que linda en el extremo mismo del riesgo de exhibición. 
Hay a lo largo de la hora y media escasa de metraje multitud de planos y secuencias completas que confirman lo anterior (siendo uno de los más explícitos y reveladores, quizás, aquél en el que una juguetona piraña ingiere, después escupe y por último destroza con sus dientes el pene desmembrado de un mamarracho aficionado al rodaje de cintas de soft porn, que solía maltratar verbalmente a sus actrices y colaboradores), pero sirva el repertorio de “ilustres” que por aquí se dan cita para constatar la evidente autoconsciencia así como la inteligente y divertida referencialidad de la cinta: Richard Dreyfuss (impagable guiño a la gran obra maestra de las aguas: Tiburón, en una secuencia inicial bastante esclarecedora), Christopher Lloyd, Ving Rhames, Eli Roth, o la antiguamente atractiva Elisabeth Shue como sheriff de la población; todo un catálogo de losers personificando caracteres a cada cual más desdichado o, sencillamente, tarado. Además, la misma exposición argumental, desnudando jolgoriosamente las voluptuosas carnes, primero, para después destrozarlas sin piedad (e incluso con una brizna de ira) en un auténtico festival del gore, no es sino el puñetazo particular que Aja quiere brindar a la industria, fiel reflejo de las coartadas sensibilidades creativas que acaban explotando violentamente cuando menos te lo esperas, incluso en tu propia casa y utilizando tus propias armas.
Esta nueva versión de Piraña pasa por ser una película muy entretenida, eso por descontado, y que sin embargo puede sorprender a más de uno por el desagradable grafismo de alguna de sus imágenes. Si a eso le añadimos el hecho de que esté bien rodada (esos planos subacuáticos, de amenaza, así como todo su tramo final, en el aspecto más inquietante; el lujoso y detallado muestrario de tías buenas, en su parte más funcional) y que el 3D tenga verdadero sentido y justificación en su concepción, para el mayor realce de las tetas, los culos y la sangre desplegados, la convierten en una de las propuestas, paradójicamente, más arriesgadas de la temporada. 
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¿quién lo diría?? esta peli está bien? Pensaba que era caca!..pero ya he leido un par de cosas buenas sobre ella...y sigo viéndole pinta mierdasca sobrevalorada. En fin.. no sé..