
Valoración de VaDeCine.es: 6
Título original: Demolition Man Nacionalidad: Estados Unidos Año: 1993 Duración: 114 min. Dirección: Marco Brambilla Guión: Peter M. Lenkov, Daniel Waters, Robert Reneau Fotografía: Alex Thompson Música: Elliot Goldenthal Intérpretes: Sylvester Stallone (John Spartan), Wesley Snipes (Simon), Sandra Bullock (Lenina), Nigel Hqwthorne (Dr. Cocteau), Denis Leary (Edgar), Bob Gunton (George), Trailer
Eminentemente inspirada en el mundo feliz de la novela de Aldous Huxley, esta incursión del rudo Stallone en la ciencia ficción nos presenta un futuro donde la humanidad vive despreocupada entre sosiego, paz y amor. En este propicio entorno, las guerras y cualquier exaltación violenta han sido erradicadas. Sin embargo, aunque la utopía parece viable, esta nueva sociedad esconde terribles mecanismos y peores consecuencias. Y es que viéndose marchitados los fascinantes aunque peligrosos instintos de nuestra especie, el espíritu humano sucumbe ante un sistema nutrido por las mismísimas raíces del fascismo. Por suerte, siempre nos quedará Stallone. Él como nadie podría despertar a tan aborregada congregación de meapilas,… aunque tenga que ser a base de hostias. Esculpiendo su libertario mensaje con la sutileza de un taladro, la cinta diseña sus particulares elementos de contraste. Para ello, poniendo en balanza aquel feroz pasado y un discutible porvenir, el guión no duda en conservar en criogenia a dos tipos duros, auténticos dinosaurios del convulso siglo XX, ambos orientados a personificar la encantadora y necesaria imperfección de nuestra raza. De tal modo, un revolucionario sistema carcelario congelará en 1996 al maniaco Simon Phoenix y a su indisciplinado captor, el demoledor teniente John Spartan, siendo estos enviados a la nevera con rehabilitación inducida. Cuando en 2032 el primero de ellos logra escapar, sólo su anárquico oponente, un Stallone reincidente en controvertidos métodos policiacos, será la única fuerza bruta capacitada para detenerle. 
Fundamentalmente entendida como enérgica y ágil cinta de acción, la función además hace gala de un atractivo diseño de producción que, sin llegar a sofisticado, luce tan resultón como el del resto de óperas futuristas de los 90. Así, desarrollando con ingenio su loable discurso visionario, el trasfondo ideológico y logístico de Demolition Man se ve simpáticamente aderezado con la aparatosa confrontación de estos grotescos fósiles en un futuro pacífico. En consecuencia, e irrumpiendo como un elefante en una cacharrería, este par de cafres nos hace disfrutar de lo lindo con su delirante destrucción masiva. Un agradable toque cómico, unido a su conseguido humor sobre el choque cultural, que resulta sin duda el punto fuerte de una película definitivamente consumada en sus objetivos lúdicos.
Eminentemente inspirada en el mundo feliz de la novela de
Aldous Huxley, esta incursión del rudo Stallone en la ciencia ficción nos
presenta un futuro donde la humanidad vive despreocupada entre sosiego, paz y amor. En este propicio entorno, las
guerras y cualquier exaltación violenta han sido erradicadas. Sin embargo,
aunque la utopía parece viable, esta nueva sociedad esconde terribles
mecanismos y peores consecuencias. Y es que viéndose marchitados los
fascinantes aunque peligrosos instintos de nuestra especie, el espíritu
humano sucumbe ante un sistema nutrido
por las mismísimas raíces del fascismo. Por suerte, siempre nos quedará
Stallone. Él como nadie podría despertar a tan aborregada congregación de
meapilas,… aunque tenga que ser a base de hostias.
Esculpiendo su libertario mensaje con la sutileza de un
taladro, la cinta diseña sus particulares elementos de contraste. Para ello, poniendo
en balanza aquel feroz pasado y un discutible porvenir, el guión no duda en conservar
en criogenia a dos tipos duros, auténticos
dinosaurios del convulso siglo XX, ambos orientados a personificar la
encantadora y necesaria imperfección de nuestra raza. De tal modo, un
revolucionario sistema carcelario congelará en 1996 al maniaco Simon Phoenix y
a su indisciplinado captor, el demoledor teniente John Spartan, siendo el par
enviado a la nevera con forzosa rehabilitación inducida. Cuando en 2032 el
primero de ellos logra escapar, sólo su anárquico oponente, un Stallone
reincidente en controvertidos métodos policiacos, será la única fuerza bruta capacitada
para detenerle.
Fundamentalmente
entendida como enérgica y ágil cinta de acción, la función además hace gala de
un atractivo diseño de producción que, sin llegar a sofisticado, luce lo bastante
resultón como para hacerla funcionar como otra más de aquellas operas futuristas
tan recurrentes en los 90. Así, desarrollando con ingenio su loable discurso
visionario, el trasfondo ideológico y logístico de Demolition Man se ve simpáticamente
aderezado con la aparatosa confrontación de estos grotescos fósiles que, en su
reiterativa lucha a muerte, irrumpen en ese pacífico futuro como dos elefantes
en una cacharrería. Un toque cómico, que unido a su conseguido humor sobre el
choque cultural, resulta sin duda el punto fuerte de una película
definitivamente culminada en sus objetivos lúdicos.
|
Esto es casi una comedia! Aún recuerdo cuando Stallone se lía a decir tacos para que le pongan multas y así poder tener papel para ir a cagar, porque en el futuro hay no se que rollo de unas conchas para limpiarse el culo! Es bastante entretenida.