Película The crazies

The crazies o los “locos” a los que alude el título de esta película (revisión de la cinta original de zombies que George A. Romero dirigiera en 1973) no lo son solamente los lugareños de una pequeña y tranquila localidad estadounidense que, infectados por un extraño virus, comienzan a comportarse de manera agresiva; también lo son los militares que se encargan de ponerlos en cuarentena, que no dudan en deshacerse de ellos de manera brutal y temeraria, sin que previamente haya lugar para la corroboración de su contagio.

En base a esta disyuntiva, y con claro empeño crítico para con el estamento militar estadounidense -que, primero, causa el problema por ineficacia propia y, después, más que tratar de arreglarlo lo aplasta sin contemplaciones sirviéndose de sus poderosos medios, que están en relación inversa a su sentido de la justicia y la moral humanitaria; una clara parábola de la situación actual-, la película de Breck Eisner busca el equilibrio entre el terror desagradable pero bien medido (aunque próximo al gore por momentos) y la emoción de la lucha por la supervivencia que debe afrontar la pareja protagonista.

Y lo consigue a medias, ya que entre alguna secuencia lograda técnicamente y realmente angustiosa (mayormente, las acaecidas en el depósito de cadáveres y en el lavadero; ejemplos de un buen aprovechamiento del espacio interior en pos de la consecución de la inquietud en el espectador, que se ve atrapado junto a los personajes en él…), hay otras en las que prima el efectismo, cuando no el desinterés, por encima de un guión pobre en la definición de personajes y que descuida una explicación más detallada de lo que realmente acontece detrás de lo que vemos. Al quedar la esencia del problema (y de la narración) someramente apuntada e irrumpir el foco de la crítica de manera tan brusca, taxativa y desprovista de matices coyunturales, ésta pierde gran parte de su validez, emergiendo entonces el entretenimiento por encima de todo lo demás.

Así, The crazies hay que entenderla como una “survival movie” dotada de un poderoso ritmo que va in crescendo (lo que no necesariamente la hace mejor, considerando que su primera media hora es un ejemplo de contención y sugestión carente de los trucajes que posteriormente utilizará para impactar al respetable), acreedora de algún momento brillante que justifica su más que correcta realización, pero que se queda a medio camino a la hora de preparar una invectiva real, de peso, de verdadero impacto, contra quien corresponda. Una lástima porque daba para ello.