
Valoración de VaDeCine.es: 1
Título original: El Discípulo Nacionalidad: España Año: 2010 Duración: 101 min. Dirección: Emilio Ruiz Barrachina Guión: Emilio Ruiz Barrachina Fotografía: Enrique Laguna Música: Daniel Casares, Félix Grande Intérpretes: Joel West (Jesús), Juanjo Puigcorbé (Pilatos), Ruth Gabriel (Magdalena) , Marisa Berenson (María) Página web Trailer
Directamente abominable, estamos ante una vergüenza cinematográfica a todos los niveles. Poco importa la propuesta pretenciosamente polémica de la obra. Y es que, ante tamaño despropósito artístico, sus fallidas ínfulas por desmontar la divinidad de Jesús acaban por provocar el efecto contrario al buscado. Casi que uno prefiere comulgar con la versión evangélico-oficial con tal de huir de la vulgaridad del personaje e historia que aquí se nos presenta. Puestos a inventar, el rollo lírico de toda la vida resulta infinitamente más atractivo para el cine que este aburrimiento desmitificador. Porque, tampoco se engañen, por más que se documenten jamás hallarán una verdad histórica capaz de desmontar la patraña de los evangelistas. Es interesante cuestionarse qué hay tras la enigmática figura de Jesús, pero hay mejores maneras que perpetrar este atentado contra el Séptimo Arte y sus espectadores.

Tres puntos por debajo del telefilme, sólo uno por encima de cualquier representación de pueblo en Semana Santa, la dirección artística del proyecto es un auténtico bochorno. Desde lo ridículo de sus decorados y chirriante banda sonora flamenca, hasta lo pobre de un vestuario más propio de Carnaval, la ambientación de la obra provoca auténtica risa. Su guión, lamentablemente trasnochado y de paupérrima narrativa, resulta un monumento a la ineficiencia. Una tara más grave, si cabe, teniendo en cuenta la pretenciosidad argumental del tinglado. Si a todo ello sumamos un montaje y trabajo fotográfico absolutamente inclasificables, la propuesta alcanza cotas de indigencia fílmica francamente increíbles. Y cómo no, redondeando la penuria, sus interpretaciones tampoco sacan ventaja a las de cualquier función de colegio. Es evidente que esto también es una cuestión de presupuesto, pero no estaría de más alguna instrucción a unos artistas y figurantes absolutamente perdidos ante la cámara, con o sin texto. Claro, que teniendo en cuenta el nulo talento exhibido en la dirección por este Emilio Ruiz Barrachina, quién sabe si es mejor que no meta mano. En definitiva, una versión macarrónica e infumable de la vida de Jesús, sin mayor interés que el de comprobar que Ed Wood Jr. tiene en Barrachina un nuevo discípulo aventajado. ¡Tiembla Uwe Boll!
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¡Madre del amor hermoso!