Película Academia Rushmore

Camuflado bajo la aparente banalidad de una película de instituto, el peculiar Wes Anderson consolida una de las más notables y extrañas tragicomedias de los últimos tiempos. Y es que este talentoso director se muestra muy seguro en los equilibrismos entre la marcianidad de sus propuestas y la veraz carga dramática que todo humor esconde en la trastienda. En esta ocasión, y resucitando uno de los géneros más aceptados en los ochenta, el del atractivo cine teenager, Anderson construye una inteligente y sólida narración sobre los sueños adolescentes y el posible fracaso de no materializarlos. En definitiva, sobre el conformismo final y el poso de amargura que conlleva el abandono de toda aspiración vital. Un sendero calamitoso, enlazado aquí en los dos personajes protagonistas de este excéntrico experimento, el joven Max Fisher, tan mal estudiante como entusiasta en las actividades extraescolares, y su amigo adulto, el señor Blume, un hastiado millonario que refleja el previsible futuro desencantado de Fisher. Una extravagante amistad que, truncada ante el imposible amor hacia una misma mujer, pasará de la ferviente admiración a un hilarante y caricaturizado odio vengativo de lo más surrealista.

Jason Schwartzman escribiendo su impronunciable apellido

Milimétricamente interpretada por Jason Schwartzman, secundado por un lacónico y genial Bill Murray, estamos ante una imprevisible cinta realizada con gran sentido del ritmo, cuyo ágil montaje y vigorosa narrativa engancha desde el primer instante. Atractivo y fresco, el personal universo Anderson no tarda en revelar su genialidad tras la mascarada de absurdez. Así, aunque el gran público puede extrañar el original juego del director, su sutil engranaje dramático logra articular con éxito el inclasificable tono cómico del proyecto. Una pretendida rareza y ambigüedad, con ciertos tintes autobiográficos, que hace de este interesante film una pieza imprescindible a la hora de sumergirse en el presente y futuro de un cineasta llamado a confirmar con brillantez su incorruptible estilo.