
Valoración de VaDeCine.es: 4
Título original: Funny People Nacionalidad: U.S.A. Año: 2009 Duración: 146 min Dirección: Judd Apatow Guión: Judd Apatow Fotografía: Janusz Kaminski Música: Michael Andrews, John Schwartzman Intérpretes: Larry Adam Sandler (George Simmons); Seth Rogen (Ira Wright); Leslie Mann (Laura); Eric Bana (Clark); Johan Hill (Leo); Jason Schwartzman (Mark Taylor Jackson) Página web Trailer
Don’t Believe the Hype. Eso decía Public Enemy en su indispensable It Takes a Nation of Millions to Hold us Back. En música, se suele situar la frontera entre el susodicho ‘hype’ y la consagración definitiva en el tercer trabajo de una banda. Judd Apatow arriba con Funny People a este crítico punto. Tras el hit (Virgen a los 40) y el respeto por la continuidad (Lío Embarazoso), el público obliga al artista a evolucionar, a ofrecer algo nuevo frente al riesgo del encasillamiento. Y Apatow lo busca con ambición. Sacrifica parte del juego cómico de sus anteriores películas a cambio de capacidad para conmover a la audiencia. Pero se queda sin lo uno ni lo otro, como engañado por un trilero. Tras sus incomprensibles 150 minutos (¿De verdad puede alguien pensar que una comedia deba durar dos horas y media?), Funny People deja un único poso: la constatación del retroceso en la carrera de un individuo al que se ha otorgado incluso cierto carácter mesiánico en lo que a la comedia se refiere. Y no cabe escudarse en cualquier tipo de presión industrial cuando, además de dirigir, produces, escribes la película y pones en nómina interpretativa a toda tu familia y a la mitad de tus amigos.

Funny People es la hisoria de una celebrity; y una multitud de famosos desfilan en la pantalla interpretándose a sí mismos (Ray Romano, Sara Silverman… hasta Eminem se autoparodia). Apatow reflexiona sobre su propia figura y los de su estirpe. El tipo de a pie debe aproximarse y compadecer al pobre comediante millonario (Adam Sandler) visitado, cual fantasma de las Navidades pasadas, por una mortal leucemia justo a tiempo para comprender que ha malgastado su vida. Ante tamaña jodienda, decide contratar a un monologuista amateur (Seth Rogen) para que le escriba nuevos chistes, puesto que su situación parece afectar a su creatividad. Junto a él, cuando la suerte o la medicina le brinda una segunda oportunidad, tratará de recuperar el tiempo perdido: volver a la libertad de sus comienzos y reconquistar a la mujer que dejó en la cuneta al principio del camino y no ha conseguido olvidar (Leslie Mann). Por supuesto, no le resultará nada fácil. Mi gran problema con la película es que me resulta imposible seguirla por donde me lleva. Apatow es un excelente dialoguista. Sabe crear humor de casi cualquier cosa (Bana lo borda el poco tiempo que aparece en pantalla, un registro que debería explotar más), pero en Funny People estos momentos de brillantez llegan con cuentagotas, y son muchos más los que pretenden serlo sin conseguirlo. Porque hay demasiados gags desubicados, completamente aislados del discurso dramático con el fácil pretexto de la profesión de sus personajes, casi todos monologuistas. El director, por ejemplo, sólo tiene que intercalar secuencias de actuaciones en directo a lo largo del metraje. Con estos interludios, por mucho que cada actuación sea un trocito de las personalidades de los personajes, se va perdiendo el ‘feeling’, no cojo la onda de la película, ni me acabo de meter en el drama, ni me apunto al chascarrillo; y la empiezo a percibir mal ensamblada en sus tres escenarios: los ecosistemas de los tres personajes principales. Como si fueran tres películas completamente diferentes. Y como quiera que Apatow pretende moldear con cuidado cada una de ellas, necesita demasiado tiempo, un tiempo en el que la desconexión con el espectador –al menos conmigo- es demasiado fácil e inevitablemente se produce.

La situación actual no está como para que resulten fáciles este tipo de empatías con ricachones que viven en inmensas mansiones junto a la playa. Más si toda la carga dramática queda en manos de un actor tan limitado como Adam Sandler. Tanta broma sobre la calidad de las películas del personaje que interpreta, en pretendido paralelismo con su carrera real, debería haber servido de aviso al director. Quizá de este modo habría salvado una película que, por mucho que su legión de fans se afane en defender, le pasará factura. El Cine, todavía, es mucho más que contar un buen chiste en un escenario.
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Madre mía, 2 horas y media!!!! Increíble, de verdad, va a llegar un momento que hacer algo cortito va a ser un punto a favor por sí mismo!
Y a mí Virgen a los 40 no me gustó demasiado, así que...