
Valoración de VaDeCine.es: 8.5
Título original: (500) Days of Summer Nacionalidad: U.S.A. Año: 2009 Duración: 95 min Dirección: Marc Webb Guión: Scott Neustadter y Michael H. Webber Fotografía: Eric Steelberg Música: Mychael Danna y Rob Simonsen Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt (Tom Hansen); Zooey Deschanel (Summer Finn); Geoffrey Arend (McKenzie); Chloe Moretz (Rachel Hansen); Matthew Gray Gubler (Paul) Página web y Trailer
Reza el trailer de (500) Days of Summer que lo que se nos ofrece es una historia sobre el amor, pero no una historia de amor. Es verdad; y hay que tener muchas agallas para, con una simple interjección de despecho en sus cinco primeros segundos, contar el final de esa historia y, aún así, mantener tu obra en pie, bien alto, durante la próxima hora y media. Porque la película se atreve a sobrepasar una línea que pocas veces este tipo de títulos cruza: situarse, a pesar de su clara militancia ‘indie’ y los consiguientes lugares comunes que ello conlleva, en algo así como el antirromanticismo. El guión, a dúo entre Scott Neustadter y Michael Weber, es extremadamente inteligente en la exposición y preciso en la argumentación de los, a veces incomprensibles, resortes psicológicos gobernados por la sensación amorosa. Apostando fuerte por una narrativa deconstruida, aparentemente aleatoria y sin linealidad temporal, el espectador adquiere una percepción diferente, paradójicamente más clara, de una situación que, seguramente, haya experimentado en algún momento de su vida. Trazo sobrio, pincelada a pincelada, para retratar el nacimiento, apogeo, ruptura… y lo que sigue, de una relación. Lo repito, no les destripo nada. Y para redondear el sobresaliente conjunto, como hiciera Stephen Frears adaptando a Hornby en Alta Fidelidad, se emplea la comedia para rebajar un mensaje, en el fondo, cargado de tristeza; más cercano al Allen de Annie Hall que al Jeunet de Amelie.

Marc Webb, director de la cinta, se coloca a la altura del excelente guión que tiene entre manos y aporta múltiples soluciones estilísticas para satisfacerlo, ciertamente al posmoderno rebufo de tipos como Spike Jonze o Michel Gondry, pero con la idéntica eficacia. Como en esos maravillosos capítulos de Los Simpsons, el homenaje se convierte en un elemento descriptivo más: Han Solo saluda al triunfador protagonista tras marcar su tanto mientras el mismísimo Bergman, por partida doble, le llena de confusión cuando las cartas le dan la espalda; aún más sutil es el matiz que aporta la secuencia final de El Graduado vista por la pareja. Y como ya se atisba en el trailer, con el uso de la fundamental There is a Light that Nevers goes Out de los Smiths en el encuentro entre los protagonistas o la conversación sobre Sid Vicious, la música es también parte del discurso y adquiere la misma importancia narrativa. Pixies, Bruce Springsteen, Belle & Sebastian, Regina Spektor… la cascada de guiños que la película ofrece es ingente y se hace necesario cierto bagaje musical para descifrar por completo algunas de las aristas de los personajes.

Falta la prueba del algodón de toda obra romántica: su pareja. Dos actores cuyos roles, intercambiados en muchos clichés de género, se perciben originales. Él, dispuesto al compromiso y heraldo del amor verdadero, ella, espíritu libre de ataduras e incrédula convencida. Joseph Gordon-Levitt se desenvuelve sólo correctamente en el drama y mucho mejor en la comedia, con un largamente comentado (y real) aire a Heath Ledger. Ella sin embargo está resplandeciente, adorable hasta decir basta de principio a fin. La multifacética Zooey Deschanel, capaz de convencer al mismísimo M.Ward para hacer un combo (She & Him) y grabar una joya de la música contemporánea (Volume One), se desmarca aquí con una interpretación fabulosamente honesta, como su personaje Summer, que con el mismo aura de ausente naturalidad con que roba el corazón del protagonista, se instala de manera perenne en la memoria del espectador.
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lo que me he acordado de mis culipardos viendo esta peli.Sobretodo de Cicio.XD
Pues me ha gustado ¿a quién no le ha pasado?