
Valoración de VaDeCine.es: 7.5
Título original: Moon Nacionalidad: U.S.A. Año: 2009 Duración: 97 min Dirección: Duncan Jones Guión: Duncan Jones, Nathan Parker Fotografía: Gary Shaw Música: Clint Mansell Intérpretes: Sam Rockwell (Sam Bell); Gerty (Voz de Kevin Spacey) Página web y Trailer
Sam Bell (Sam Rockwell) está a punto de finalizar su inusual contrato de empresa, un trabajo que durante tres largos años le ha mantenido en total soledad con la única compañía de un ordenador central, Gerty (voz de Kevin Spacey), que le apoya en la supervisión de la extracción de Helio-3 de la superficie lunar, una fuente de energía limpia que provee a toda la Tierra y ha conseguido solucionar el problema de la crisis energética. Tras incontables días de rutinarias comprobaciones y paseos espaciales, a poco del esperado retiro prematuro y remunerado que le espera en nuestro planeta, algo comienza a ir mal. Resulta curioso comprobar como una misma premisa: cumplir con la misión encomendada, puede hacer a Gerty tan diferente a su obvio referente HAL. La lógica no entiende de moralidad y lo que en una película implica la pura amenaza, aquí se convierte en desencadenante argumental de su original guión y herramienta colaborativa fundamental del protagonista. Así, con un más que aceptable diseño de producción que suple con elegancia las limitaciones de toda ópera prima, Moon florece con parsimonia, a la sombra de una de las paradojas más conocidas de la Física a la que su director Duncan Jones accede por derroteros bien diferentes.

Cada pequeño sorbo argumental añade un poco más de sabor añejo a la cinta. Y en cada dosis, Clint Mansell da en el clavo con una partitura que subraya el carácter alegórico que la película pretende proyectar sobre su solitario personaje como principal argumento trascendente. Será hacia la mitad del metraje cuando la trama comience una serie de requiebros emplazándose en un discurso marcadamente lúdico que fluye paralelo a las consideraciones psicológicas que en todo momento el director pretende atender y que por no desvelar el argumento me permitirán esconderles. Es cierto que quizá el espectador, como yo, encuentre algo superfluo el empecinamiento del director por demostrar lo bien que se defiende estilísticamente en ciertas secuencias necesitadas de una mano de efectos especiales (la partida de ping-pong, por ejemplo); o también crea que el argumento está algo estirado incluso para la inusualmente correcta duración del largometraje. Poca cosa comparado con el respeto hacia la inteligencia del espectador que una cinta de ciencia-ficción como ésta despide frente a despropósitos como Terminator Salvation o Transformers 2.

Moon es un producto atípico, íntimo, poco espectacular, que deambula por los filosóficos derroteros que han dado las mejores obras del género, mirando a Kubrick y a Tarkovski y dando la espalda al 90% del material que se produce en nuestros días (exceptuemos a Nolan, extraño referente por más de una razón). Aplaudamos por ello a Duncan Jones, porque le ha salido una película que destaca, y mucho, entre la cartelera actual. Probablemente imperfecta en muchos sentidos pero, en definitiva, notable; con alguna posibilidad de alcanzar, a su debido momento, la categoría de película de culto.
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Que pintaca tiene!