
Valoración de VaDeCine.es: 3
Título original: Angels & Demons Nacionalidad: Estados Unidos Año: 2009 Duración: 138 min. Dirección: Ron Howard Guión: Akiva Goldsman, David Koepp (Novela: Dan Brown) Fotografía: Salvatore Totino Música: Hans Zimmer Intérpretes: Tom Hanks (Robert Langdon), Ewan McGregor (Camarlengo), Ayelet Zurer (Vittoria), Stellan Skarsgard (Richter), Nikolaj Lie Kaas (Asesino), Pierfrancesco Favino (Olivetti), Thure Lindhardt (Chartrand), Armin Mueller-Stahl (Cardenal Strauss) Página web Trailer
Antes de entrar en cualquier consideración, quizás les interese saber que, tras el visionado de este sinsentido, capté la sensación de satisfacción general en el público de una sala abarrotada. Cuesta, pero hay asumir el hecho de que la industria del cine sabe perfectamente cómo hacer un dineral a costa de las masas menos exigentes. Pero es ahí donde muchos otros espectadores, demandantes de calidad, empiezan a sufrir las consecuencias de este difícil equilibrio entre talento artístico y puro negocio. Y es que, meros éxitos comerciales siempre han existido y existirán, lo cual se digiere; sin embargo, esta frágil balanza tiende cada vez más a caer del lado del dividendo, olvidando el aspecto primoroso del asunto. Así, comprobamos como directores fetiche, entregados a Don Dinero, vomitan lucrativos bodrios como Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, en el caso de Steven Spielberg, o ensucian su decente trayectoria, como Ron Howard, desgraciadamente empeñado en adaptar a Dan Brown, el nuevo "Fast Food de la Literatura" con su empachoso El Código Da Vinci o este grasiento Ángeles y Demonios.

El argumento nuevamente nos presenta al irritante Robert Langdon, gran experto y erudito en simbología que, tras poner en jaque al Catolicismo en el anterior episodio cinematográfico, es reclamado en esta ocasión por el Vaticano para resolver una misteriosa situación límite. El Papa ha fallecido y, antes de la celebración del cónclave, la legendaria secta Illuminati ha secuestrado a los cuatro favoritos para suceder al Sumo Pontífice. Además, estos terroristas amenazan con destruir la ciudad estado con una bomba basada en antimateria. Como imaginarán, todo un caldo de cultivo para proliferar sandeces y/o barbaridades de toda índole que atentan contra la Historia, las artes, las ciencias o la inteligencia humana durante un disparatado desarrollo que ruego que nadie tome como algo puramente ajeno a la ficción. Prolífica generando incongruencias, la cinta aglutina estupideces a una velocidad de vértigo. Desde las chabacanas lecciones de Langdon a los cardenales sobre su propia historia religiosa, hasta las dificultades de éste para comprender el latín o el italiano, cuesta soportar lo ridículo del discurso para dejarse llevar por su trepidante acción. Pero seamos claros, acepto la capacidad de este acelerado thriller para mantener a la plebe entretenida. Bien es sabido que el espectador medio necesita identificarse, comprender y seguir la trama para no apartarse de la investigación propuesta. No obstante, ¿cuál será el resultado de esta simple combinación? No puede ser otro que una sucesión de vulgares pistas en pantalla, insultantemente sencillas dentro del complejo entramado Vaticano, que abochornarán a más de uno ante la paradoja.

En definitiva, un infame argumento, propio de telefilme de media tarde, que sólo puede germinar sobre un fértil terreno de insensatez. Un calamitoso guión, y ya van varios firmados por David Koepp, en el que la ciencia ficción barata se acopla en un rancio policiaco europeo y algo similar a un tramposo documental sobre simbología y sectas religiosas. Vamos, una amalgama de situaciones a todo gas tan bochornosas y disparatadas como infumables. Todo ello, eso sí, engalanado con un lujoso reparto y fuerte presupuesto que promete ser multiplicado en taquilla para mayor desdicha del buen cine y, por qué no decirlo, de la más noble literatura.
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Cara de palo Hanks lo ha vuelto a conseguir.... :evil:
Un saludo.