Valoración de VaDeCine.es: 7
Título original: Frozen River Nacionalidad: EE. UU. Año: 2008 Duración: 97 min Dirección: Courtney Hunt Guión: Courtney Hunt Fotografía: Reed Morano Música: Peter Golup, Shahzad Ismaily Intérpretes: Melissa Leo (Ray Eddy); Misty Upham (Lila); Charlie McDermott (T. J.); Michael O´Keefe (Trooper Finnerty) Página web Trailer
En la trastienda del país más poderoso de la tierra, un lugar que casi no podemos ver cegados por el brillo de su fachada, existe gente en pelea constante por, simplemente, llegar al próximo día de la manera más digna posible. Personas que no ha conseguido “vivir el sueño americano”, como reza la fotografía de la casa que Ray (Melissa Leo) mira fijamente en un pasaje de la película. Justo en ese momento, en la minúscula habitación de su casa prefabricada, abandonada por un marido ludópata, con dos hijos y un trabajo de mierda, ella se convierte en delincuente. Esta ópera prima, escrita y dirigida por Courtney Hunt y ganadora del premio especial del Jurado este año 2008 en Sundance, se sitúa en la ciudad de Massena, al norte de Nueva York, cerca de Canadá y de la reserva india de Mohawk. La crudeza de su invierno es capaz de helar el río que sirve de frontera natural entre los dos países, convirtiéndose así en un paso furtivo de inmigración ilegal.

Sin embargo, no será el inmigrante el protagonista de la película, sino su vehículo. Punto de vista este, que traslada la cinta de un posible genero documental al thriller, asemejando su estructura narrativa, poco original, desde luego, a largometrajes cuya trama se centra en el traslado de cualquier elemento ilegal, como podría ser el caso de Maria, Llena eres de Gracia (Joshua Hurston, 2004). La historia, a pesar de deambular por derroteros previsibles, adquiere cierta entidad gracias a ese entorno helado, tan extremo como bello, que colorea de blanco y gris la mayor parte de las tomas, y también gracias a las consistentes actuaciones de sus dos protagonistas, algo poco sorprendente en el caso de Melissa Leo, curtida en el indy americano, pero sí en la desconocida Misty Upham, que colma de verdad su introvertido personaje. Resulta interesante cómo la directora se fija en el punto de vista de las protagonistas al respecto de la inmigración. Ambas observan sorprendidas cómo existe gente capaz de pagar ingentes cantidades de dinero por llegar a un país cuyo sistema las aplasta contra el suelo. Así, establece la paradoja en la que entran sus personajes, cuya vida puede mejorar a costa de convertirse en traficantes de seres humanos a los que el sueño americano pronto se les revelará como a ellas: un sueño inalcanzable.

Entre reparto y reparto de mercancía, con algún que otro momento dramático innecesario, caben algunas reflexiones bastante superficiales sobre el racismo y la desconfianza en aquello que es diferente, ese temor inculcado en el americano de a pie a base de guerras contra supuestos terroristas. También asistimos a las vidas de Kay y Lila, dos abnegadas madres con diferente relación con sus hijos; llena de lugares comunes la primera y mucho más interesante (pero insólitamente menos explorada) la segunda. El inevitable problema legal de lo que ambas hacen, arrastra a las protagonistas a una decisión final que remarca, quizá demasiado, el vínculo de amistad que han creado entre ellas, dejando un final demasiado agradable, para mi gusto, más teniendo en cuenta el tono áspero que la película pretende establecer –y así lo consigue- en todo momento.
Un buen ejemplo de cine independiente americano, con todo lo bueno y lo malo que ello a veces conlleva.
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