Valoración de VaDeCine.es: 9,7
Título original: Mulholland Drive Nacionalidad: Estados Unidos, Francia Año: 2001 Duración: 147 min. Dirección: David Lynch Guión: David Lynch Fotografía: Peter Deming Música: Angelo Badalamenti Intérpretes: Naomi Watts (Betty/Diane), Laura Elena Harring (Rita), Justin Theroux (Adam Kesher), Ann Miller (Coco), Robert Forster (Detective Harry McKnight)
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¿Alguna vez despertaron confusos en mitad de la noche recordando un sueño? ¿Les inquietó esa sensación? La difuminada evocación transpone nombres y rostros, permuta lugares y nos confunde y aturde, pero, aún con todo, el conjunto guarda un extraño sentido del orden en lo profundo de nuestro subconsciente. ¿Acaso no ha de resultar inevitablemente turbadora una adaptación cinematográfica de dicha percepción? Mulholland Drive, es, precisamente eso: una ensoñación a medio rememorar.
Las bellísimas protagonistas atisban el horizonte.
David Lynch acometió el proyecto como una serie de misterio para la ABC en la línea de su mítica Twin Peaks, pero la cadena rechazó finalmente su emisión, decidiendo el realizador alargar el rodaje del episodio piloto para culminar un cuidado largometraje, cuando menos controvertido, en el que nos muestra como una joven sufre un accidente de tráfico; conmocionada, logra refugiarse en una casa. Allí, Betty, una aspirante a actriz, la encontrará profundamente amnésica y le ayudará a averiguar su identidad.
Acusado ferozmente de falta de coherencia argumental y de quebrantar las viejas leyes del cine, el único pecado del film fue desmontar la estructura narrativa clásica para crear una alegoría del viejo ideal de Hollywood transformado en pesadilla, distinguiéndose en ella dos partes claramente diferenciadas: SUEÑO, donde la pareja protagonista se conoce y todo se resuelve felizmente y REALIDAD, donde los personajes muestran sus verdaderos nombres y comprobamos que el sueño sólo era una idealización de una siniestra existencia muy distinta a la presentada (y anhelada) en la primera mitad.
La línea divisoria entre ambas caras se sitúa al comienzo del metraje, donde se puede ver como una chica rubia cae profundamente dormida en un almohadón descaradamente fucsia que marca el comienzo de la quimera, terminando la fantasía bien avanzada la cinta cuando la misma chica es despertada y se ve de nuevo el destacado color en su ropa de cama.
A pesar de todo, la historia, como el propio Lynch indica, sigue un desarrollo “extremadamente lineal”, a través del cual asistimos a la presentación de un misterio para el espectador, con el que el director pretende, lejos de burlarse de él, implicarlo como detective, algo que no resulta radicalmente nocivo. Al fin y al cabo, no pasa nada por retirar las espinas para degustar un exquisito pescado.
Justin Theroux fingiendo que entiende la película.
Independientemente de interpretaciones argumentales, la película es un verdadero manual de dirección, en el que Lynch exhibe todo su repertorio y convierte la cinta en un muestrario de emociones, conmoviendo, excitando o aterrando al espectador a su antojo. El simbolismo no ha de cegarnos, sino ayudarnos a encontrar la sombría carretera que Badalamenti asfaltó con su genial aportación sonora. La fortaleza visual del film es innegable y su capacidad de maravillar con la puesta en escena es envidiable. Sólo la ignorancia personificada podría atacar formalmente el film.
Si inequívocamente genial es la labor de Lynch, no menos prodigiosa resulta la actuación de una hasta entonces desconocida Naomi Watts, que compone una doble aportación que realmente corta la respiración.
En definitiva, nos encontramos ante el primer paso de una nueva forma de hacer cine, próxima al sentir del arte moderno, donde la implicación del espectador es imprescindible. Sin duda, una de las más destacadas aportaciones cinematográficas en lo que va de siglo. No juzguen a la ligera, pues es posible que con los años, se convierta en un clásico de nuestro tiempo.
Feliz idea: "Si juntamos los cráneos, tal vez logramos comprenderla". Para que luego digan que las rubias son tontas.
Si desean participar en el juego propuesto por el cineasta y buscar su propia respuesta, éste aportó en su propia web una serie de pistas para que nadie se quedase sin resolver el onírico enigma:
1 - Pongan particular cuidado al inicio de la película, por lo menos 2 pistas son reveladas antes de los créditos. 2 - Consideren lo que sucede en las tomas de la lámpara roja. 3 - ¿Pueden recordar el título de la película para la que Adam Kesher está audicionando actrices? ¿Se menciona de nuevo? 4 - Un accidente es un evento terrible... consideren el lugar donde ocurrió el siniestro. 5 - ¿Quién entrega una llave? ¿Por qué? 6 - Presten atención a los siguientes objetos: un cenicero, una taza de café y una alfombra. 7 - ¿Qué sucede dentro del club "El Silencio"? 8 - ¿El talento fue lo único que ayudó a Camilla? 9 - Noten qué sucede con el hombre que está detrás de "Winkies" 10 - ¿Dónde está la tía Ruth?
¿Tienen las respuestas? Tal vez encuentren algunas en Las Ruinas Circulares: Con alivio, con humillación, con terror, Lynch comprendió a través de Borges que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.
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Mulholland Drive. Pan de Lembas imprescindible para acometer la apasionante incursión en Inland Empire, el paso definitivo.
Ojo a Lynch, pocos directores han dado tanto y tan bueno... a la altura de quien se ponga por delante: Terciopelo Azul, El Hombre Elefante y Una Historia Verdadera además de estas dos que comentamos lo colocan muy muy arriba (y sin entrar en la TV).