Valoración de VaDeCine.es: 9.0
Título original: Tokio Monogatari Nacionalidad: Japón Año: 1953 Duración: 139 min. Dirección: Yasujiro Ozu Guión: Yasujiro Ozu, Kôgo Noda Fotografía: Yushun Atsuta Música: Takinori Saito Intérpretes: Chisu Ryu (Shukishi Hirayama), Chieko Higashiyama (Tomi Hirayama), Setsuko Hara (Noriko Hirayama),Haruko Sugimura (Shige Kaneko) Página web Trailer
Es hora de partir. Una pareja de ancianos se dispone a abandonar su pequeña villa para emprender un largo viaje hacia la ciudad de Tokio. La razón no es otra que visitar a sus hijos y nietos, con los que hace años que no tiene contacto. En su reencuentro, descubrirán que la relación con sus hijos y nietos no es como ellos habían imaginado.
El viaje físico hacia Tokio encierra un viaje psicológico a través de tres generaciones, indagando en lo más profundo de cada uno de sus personajes y descubriéndonos el complejo universo de sus diferentes personalidades.
En este filme, Ozu hace alarde una vez más de su maestría a la hora de jugar con las luces y las sombras, tanto en la fotografía, como en la profundidad de sus personajes, mostrándonos la cara y la cruz de cada uno de ellos.
Una clara dualidad impregna toda la obra; el bullicio de Tokio como contrapunto a la vida tranquila en la aldea, la tradición frente a la modernidad, los conflictos entre padres e hijos...

Una nueva sociedad cada vez más occidentalizada se hace presente en esta cinta del maestro Ozu, y, sin remedio alguno, abruma de manera imponente a esta entrañable pareja de ancianos, que encontrará el refugio y la comprensión en su nuera, la dulce Noriko.
Ozu nos presenta un cine sencillo y sincero (muy de su gusto, por otra parte, ya que en toda su obra encontramos de manera recurrente el mismo patrón), aunque no obstante, su cine está lleno de matices cuidados al milímetro que aportan a esta película una belleza extraordinaria. Los diálogos son de gran profundidad, conteniendo numerosas implicaciones morales e inevitablemente nos llevan en numerosas ocasiones a la reflexión.
Desde el primer instante, dentro de una atmósfera que emana melancolía, el director nos envuelve con una sensibilidad arrolladora tratada con absoluta delicadeza, rasgo típico de muchos de los grandes maestros del cine oriental. Indudablemente estamos ante una verdadera introspección hacia los más diversos sentimientos del ser humano, abordados con la sutileza y la destreza que caracterizan a este grande.
|
¡Vaya cracks de abuelos! Después de ver la película, parece que los conozcas de toda la vida. Dan ganas de llevárselos a casa :)